jueves, 26 de mayo de 2011

Una buena investigación sobre Belchite, el pueblo maldito

Para todos aquellos que siguen las historias, reportajes e investigaciones sobre pueblos malditos, os recomiendo el estupendo trabajo de investigación "in situ" que el Grupo Alpha realizó el pasado mes de abril en el pueblo aragonés de Belchite y que podéis encontrar en su web.

El trabajo ha sido documentado previamente y posteriormente trasladado a las calles de Belchite, con nocturnidad y alevosía, y el resultado es realmente escalofriante. Imágenes, psicofonías y un buen texto de apoyo harán pasar un buen rato a todos aquellos amantes de lo sobrenatural.

Os dejo el link del reportaje del Grupo Alpha para que podais visitarlo y juzgar vosotros mismos.

http://www.grupoalpha.org/index.php?option=com_content&view=article&id=315:belchite-viejo-el-pueblo-olvidado&catid=42:investigaciones-alpha&Itemid=246

Próximamente en "El Blog de lo Mágico y lo Transparente" nuevos post de lugares encantados, casas siniestras y pueblos málditos. Saludos.




miércoles, 18 de mayo de 2011

Abre tu mente y lánzate a experimentar una ruta ufológica


¿Hay vida en otros planetas? Se crea o no se crea, realizar un recorrido por los lugares de avistamiento de ovnis más famosos representa un reto diferente.

Aunque los ovnis ya no generan tanta expectación como la que suscitaban hace tres décadas, el fenómeno de los objetos voladores no identificados sigue interesando a una gran parte de nuestro planeta.

Es por ello que en los últimos años ha surgido un tipo de turismo, denominado ufológico, cuya finalidad es visitar aquellas zonas de la Tierra donde se producen mayor número de este tipo de fenómenos, con el fin de poder tener una experiencia propia de avistamiento.

Sin duda se trata de todo un desafío que, incluso, puede acabar convenciendo hasta al más escéptico. Desde luego se trata de un viaje original y totalmente diferente.

Los destinos ufológicos ideales

Varios son los países que destacan por sus numerosos avistamientos, por lo que se convierten en destino preferente a la hora de realizar una ruta ufológica.

En Estados Unidos se halla la conocida zona de Roswell o Área 51, situada en Nuevo México. Su accidentado y enigmático pasado, unido a la desértica zona donde se halla, hace de este lugar uno de los destinos ideales para disfrutar de actividad ufológica.

Las costas sur y central de Perú constituyen también una zona perfecta para el turismo ufológico por el gran número de avistamientos que tiene lugar en estas comarcas. Algo similar ocurre en Méjico, donde una de las zonas más atractivas es el valle de Cuernavaca, junto al volcán Ajusco, al sur de Méjico DF.

Bolivia también posee un gran historial de avistamientos ovnis, principalmente en el lago Titicaca, donde siempre se ha especulado con que podría existir una base extraterrestre en su interior. También resultan muy atractivas las poblaciones de Rurrenabaque y Queara.

Brasil cuenta igualmente con un circuito ufológico que incluye Chapada de Guimarães (Mato Grosso), Serra del Roncador y Chapada de los Veadeiros (Oaxaca), sur del estado del Piauí, Isla de Marajó y algunos otros puntos del litoral del estado de Pará.

También Argentina y Rusia se encuentran entre los lugares elegidos pero, en la actualidad, el destino preferente para los que deseen realizar una ruta ufológica es Chile.

La ruta de Chile

San Clemente, al sur de Santiago, al borde de la cordillera de Los Andes y en el mismo centro de Chile, es una de las zonas con mayor número de avistamientos de ovnis del mundo. Así lo ha reconocido el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur), que desde hace dos años incluye en sus recorridos una ruta de turismo ufológico para captar turistas interesados en este fenómeno.

La ruta, que comprende un sendero de unos 30 kilómetros conocido como “El enladrillado”, concentra más de un centenar de avistamientos de ovnis desde el año 1995. Ufólogos de todo el mundo la consideran una “zona caliente” por la frecuente visita de objetos voladores no identificados.

La ruta ufológica combina el acercamiento con la naturaleza de la cordillera y la afición por investigar, aunque los responsables de Sernatur advierten que “en ningún caso podemos asegurarle al turista de que, si viene a San Clemente, verá un ovni”.

En Chile existen otras zonas de avistamientos como el Desierto de Atacama y la localidad de Huara, en el norte de país, además de Punta Arenas y Puerto Natales, en el extremo sur.

Turismo ufológico en España

Si no se desea salir de nuestras fronteras para realizar una ruta ufológica, Tenerife es el destino perfecto. En los alrededores del volcán Teide, e incluso en algunas playas de la isla (como la de La Tejita), muchos son los testigos que afirman haber visto señales de vida extraterrestre.

El Coto de Doñana (Huelva), el monte Puig Campana (Alicante), el desierto de Las Palmas (Castellón) o el macizo de Montserrat (Barcelona) son también algunos de los enclaves elegidos por los expertos en ovnis para disfrutar de la experiencia de un posible avistamiento.

De momento no hay agencias de viajes que ofrezcan explícitamente este tipo de viajes, pero sólo hay que seguir la pista de los lugares con mayor actividad ovni en el mundo para poder configurar una ruta de turismo ufológico a medida. Una mente abierta y unos buenos prismáticos son poco más de lo que se necesita.

La edición original de este artículo mío se encuentra en Suite101.net: http://www.suite101.net/content/abre-tu-mente-y-lnzate-a-experimentar-una-ruta-ufologica-a16946

Ruta de San Clemente, en Chile

Créditos / Autoría: http://www.flickr.com/photos/ruperthp/4379903522/

lunes, 25 de abril de 2011

Supersticiones y leyendas en torno a las campanas

Hubo una época en la que se creía que con el tañer de las campanas se podía ahuyentar a los espíritus, amedrentar a las brujas e incluso evitar epidemias.

Las campanas de las iglesias han estado cargadas desde sus inicios de una fuerte simbología religiosa, asociada tradicionalmente al catolicismo. De hecho, en la Edad Media la instalación de una nueva campana era todo un acontecimiento en muchos países cristianos y, tras ser bendecida, se celebraban grandes ceremonias acompañadas de suculentos banquetes.

Pero hubo un tiempo en que a las campanas se les confirieron una serie de poderes sobrenaturales que estaban por encima de cualquier explicación lógica. La superstición y ciertos ritos paganos fueron los responsables directos de estas atribuciones.

Campanadas contra la peste y los espíritus

El siglo XIV resultó ser una de las peores épocas que ha vivido Inglaterra. Uno de los principales motivos fue la epidemia de peste que invadió el país y que causó numerosas víctimas.

Fue durante este terrible periodo cuando decidieron asociar al tañido de las campanas propiedades mágicas capaces de ahuyentar a la Muerte Negra. Y la costumbre se propagó en el tiempo, ya que 300 años después un escritor inglés llamado Francis Hering escribió lo siguiente en su obra Reglas, instrucciones o advertencias para épocas de contagio pestilencial: “Que las campanas de ciudades suenen con frecuencia, con ello el aire se purifica”.

Por otra parte, en Europa, durante la Edad Media, se llegó a considerar que si se hacía sonar las campanas durante un entierro se conseguía alejar al espíritu del difunto.

Incluso los antiguos romanos atribuían a las campanas cierto protagonismo en sus ritos. Durante la celebración de la fiesta en honor de los muertos, en el mes de mayo, hacían sonar sus campanas de bronce mientras entonaban el siguiente cántico: “Espíritus de mis mayores, adelante”.

Igualmente, en el Pontifical Romano (libro litúrgico que reúne las celebraciones o conjunto de rituales que preside el obispo de una diócesis), se recomienda tocar las campanas para expulsar a los “espectros alocados de los muertos”.

Campanas fantasmagóricas

Son numerosas las leyendas que hablan de campanas que han empezado a sonar solas, sin la intervención del hombre.

El escritor francés Alejandro Dumas recoge en sus Cuentos de viajes por el sur de Francia que en el año 1407 se pudieron oír una serie de patéticos sonidos, entre ellos el tañer de una campana, momentos antes de que se hundiera un antiguo puente sobre el río Ródano.

En la ciudad de Méjico, una antigua leyenda cuenta que en la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe hubo un capellán que solía tocar las campanas puntual y diariamente. Tras contraer una grave enfermedad respiratoria el hombre no dejó de tocarlas, eso hizo que empeorase y que, poco tiempo después, muriera. Dicen que tras su muerte se seguían escuchando las campanas cuando nadie las tocaba y, tras retirar las cuerdas que las hacían tañer, todavía hoy se siguen escuchando.

En la ciudad polaca de Breslau, hasta mediados del siglo XVIII, sus habitantes estaban convencidos de que si la campana de su ciudad sonaba a su antojo era porque uno de los canónigos iba a morir.

Las brujas y las campanas

Existe una leyenda, que también surgió en Europa durante Edad Media, que asegura que las brujas y las campanas no son buenas compañeras. De hecho, se cuenta que las arpías odiaban y temían a las campanas de las iglesias, por ello eran acusadas de subir a los campanarios por la noche y robarlas.

En la localidad inglesa de Canewdon, en el condado de Exxes, se contaba que una gran campana, robada y arrojada al río por siete brujas, seguía sonando bajo el agua durante las tormentas.

En el pueblo barcelonés de Vallorguina existen diversas leyendas de brujas relacionadas con el dolmen que allí se encuentra. Una de ellas asegura que, antiguamente, cuando sobrevolaban las brujas el municipio con dirección al dolmen, eran tocadas las campanas de la iglesia con el fin de asustarlas; incluso, en algunas ocasiones, estas campanas repicaban solas, ya que las brujas habían maldecido esta iglesia y a su pueblo.

También se le atribuye a las campanas el poder de luchar contra los elementos. Por ejemplo en Malta, hasta el año 1852, se volteaban las campanas en todos los templos para evitar las fuertes borrascas. También a principios del siglo XIX se hacían sonar durante las tormentas en la parroquia inglesa de Dawlish, en Devon, con el fin de que el espíritu de las campanas prevaleciera sobre el espíritu del relámpago.

El original de este artículo mío se halla en Suite 101.


Campana en Rumania.

Créditos / Autoría: Lutz Fischer-Lamprecht

Viejas leyendas relacionadas con el mar


Muchas son las historias fantásticas que giran alrededor de los hombres de mar. Ciertas o no, han estado arraigadas a los marinos desde hace generaciones.

 Tradicionalmente se han atribuido a los marinos unas fuertes creencias espirituales, bien sean religiosas, rituales, paganas o esotéricas, que han ido trascendiendo a lo largo del tiempo. Muchas de ellas han llegado a convertirse en costumbres y actos habituales en algunos países.

Rituales religiosos

A lo largo del siglo XVIII, en los países de confesión cristiana se extendió una curiosa idea. En aquella época los latigazos a bordo de un barco eran habituales ante una falta o la omisión de un deber. Fue entonces cuando los viejos navegantes empezaron a advertir a los nuevos reclutas que si te tatuaban un crucifijo en la espalda nadie se atrevería a azotarlos. Incluso, si llegaran a intentarlo, el látigo se desviaría.

Actualmente los marinos dirigen un saludo al alcázar del barco (espacio que media, en la cubierta superior de los buques, desde el palo mayor hasta la popa o hasta la toldilla, si la hay) cuando suben a bordo; dicho gesto tiene su origen en los tiempos en que en ese lugar se colgaba un crucifijo.

En 1707 tuvo lugar un extraño hecho relacionado con las creencias religiosas. En el buque insignia británico Association, capitaneado por el almirante Cloudesley Shovell, fue ajusticiado uno de los marineros. Momentos antes de ser ahorcado el marino recitó a voces el salmo 109: “Acórtense sus días, y otro reciba su misterio. Que sus hijos queden huérfanos y viuda su mujer. Nadie le muestre misericordia”.

Ese mismo año, el Association y otros dos buques que navegaban junto a él naufragaron cerca de las islas Scilly. Fallecieron más de 2.000 hombres.

Aversión por los símbolos cristianos

Al igual que se dan tradiciones relacionadas con la religión, también se prodiga el hecho contrario, es decir, creencias que rechazan tales dogmas por considerarlos augurios de mala suerte.

En los países sajones, si un pescador se cruza de camino a su barco con un clérigo o una monja decide quedarse en tierra y no salir a navegar hasta el día siguiente.

En el caso de las islas Feroe, situadas entre Noruega e Islandia, los pescadores creen que sus presas escaparán si un barco con un sacerdote navega entre ellos y la costa.

Hay marinos que creen en la superstición de que la lectura de la Biblia en alta mar, o citar alguno de sus textos, puede implicar serias amenazas, con la excepción de la celebración de un funeral a bordo.

Supersticiones entorno a los animales

El rechazo por ciertos ejemplares del reino animal es un hecho que también ha trascendido entre los hombres de mar a lo largo del tiempo.

Es el caso del Almirantazgo británico, que escoge con detenimiento los nombres que elige para las embarcaciones de su flota. Los nombres de los reptiles, por ejemplo, están totalmente vedados, ya que a lo largo de los siglos la armada ha perdido cuatro naves llamadas Víbora, una Cobra, cuatro Serpiente, un Caimán, un Cocodrilo, tres Lagarto, y dos Culebra.

En los tiempos de la navegación a vela existía la creencia de que los marineros fallecidos se reencarnaban en petreles o en gaviotas. Si una de estas aves sobrevolaba el barco en alta mar era señal de que se aproximaba una tormenta. Pero, sin duda, el ave que más temían en esta época era el albatros de los mares del sur, ya que su presencia presagiaba una temible borrasca.

Todavía hoy en día persiste una tradición según la cual no se debe nombrar ni a conejos ni a cerdos en alta mar, aunque su fundamento es desconocido.

Otras creencias marinas

Entre las convicciones más curiosas relacionadas con los marineros está el considerado funesto acto de silbar. De hecho, muchos barcos de hoy en día mantienen dicha prohibición como una tradición.

Antiguamente se consideraba que silbar provocaba fuertes vientos y tormentas, por lo que sólo se permitía hacerlo durante la calma chicha o cuando había niebla.

Resulta llamativo que los diarios de a bordo de algunos transatlánticos modernos recojan las sanciones que han sufrido algunos marineros durante los últimos 60 años por romper dicho tabú.

También existe la creencia de que para librarse de la niebla u otras inclemencias meteorológicas en alta mar basta con arrojar una moneda por la borda. De hecho, cuando se prepara una tormenta cerca del faro de Bishop Rock, en las británicas islas Scilly, los propios fareros deciden quién de ellos ha podido tener la culpa. El elegido ha de comprar la calma al mar lanzando a las aguas una moneda.

El original de este artículo mío se halla en Suite 101. http://www.suite101.net/content/viejas-leyendas-relacionadas-con-el-mar-a15288

El mar es fuente de leyendas y supersticiones.

Créditos / Autoría: Silviapef

viernes, 15 de abril de 2011

La vida de ultratumba en la mitología egipcia

Para los antiguos egipcios, tras la muerte el alma comparecía ante un tribunal presidido por el dios Osiris. El viaje al más allá constituía todo un rito.

Una de las principales características de la mitología del antiguo Egipto (civilización que se formó en torno al río Nilo alrededor del año 3150 a.C.) era la creencia en la inmortalidad del alma y la práctica de toda la serie de complicados ritos que ello implicaba.

Todo este especial entramado llevó a escribir al historiador griego Herodoto “que los egipcios fueron los más religiosos de todos los hombres”.

Tras la muerte, comienza el juicio

Para el pueblo egipcio, Osiris viajaba al mundo de ultratumba cada noche. Allí comparecían ante él, y otros dioses auxiliares, las almas de aquellos que habían dejado el mundo terrenal.

Este tribunal interrogaba al alma, y podía ver con perfecta claridad sus obras pasadas. Por su parte, el alma debía defender su causa recitando el Libro de los Muertos, por ello a cada momia se le incluía un ejemplar.

Tras finalizar su defensa, el dios Anubis pesaba en una balanza todo el bien y el mal que el alma había causado y, posteriormente, los dioses Thot y Pacht informaban por escrito a Osiris, juez supremo, para que éste dictase sentencia final.

Si el veredicto era favorable, el alma ascendía, tras nueve años de purgatorio, al entorno celestial. Si el resultado era negativo, el alma estaba obligada a volver a la vida transmigrando sucesivamente al cuerpo de diversos animales a los que llegaba a bordo de una barca. Tras superar diversas vidas, renacía como el ave Fénix en el seno eterno, siempre y cuando el cuerpo o Ka no se hubiera corrompido.

Para evitar la descomposición del cuerpo, los egipcios se convirtieron en auténticos maestros del embalsamamiento.

El arte de la momificación

En un principio, sólo los faraones tenían derecho a participar en la vida futura, pero al llegar el nuevo imperio todos los egipcios esperaban vivir en el más allá, y preparaban, de acuerdo a sus posibilidades económicas, su tumba y su cuerpo.

El embalsamamiento de las clases superiores era realizado de forma mucho más rigurosa. Según explicaba Herodoto, primero les sacaban los sesos por la nariz mediante un hierro y una serie de drogas que introducían en la cabeza.

Posteriormente abrían el bajo vientre para extraer los intestinos, que guardaban en una vasija llena de aceite de palma. Rellenaban la tripa con hierbas aromáticas, para a continuación coser el cuerpo con el mayor de los cuidados.

Tras desecar el cuerpo con sal natrón durante setenta días, lo lavaban y envolvían con tiras de tela de algodón engomadas. El cadáver ya estaba listo para ser introducido en un sarcófago con forma humana y ser entregado a sus familiares, que lo instalaban de pie en una sala destinada exclusivamente a él.


El original de este artículo mío se halla en Suite 101: http://www.suite101.net/content/la-vida-de-ultratumba-en-la-mitologia-egipcia-a14397

Momia egipcia

Créditos / Autoría: Klafubra

martes, 22 de marzo de 2011

ECM, experiencia cercana a la muerte

Un fenómeno recurrente entre los que sobreviven a su deceso

La visión del tunel y la luz se repite en las ECM.

Créditos / Autoría: Jesse Krauß


Muchos de los pacientes que tras sufrir "muerte clínica" y ser declarados fallecidos regresan a la vida coinciden en sus relatos sobre las sensaciones que experimentan.

Se denomina experiencia cercana a la muerte o ECM (del inglés, near-death experience, NDE) a la extraordinaria situación que experimentan muchas de las personas que han estado a punto de fallecer o que han pasado por una muerte clínica y han conseguido superarla.

El interés público y científico por este fenómeno comenzó tras la publicación en 1975 del libro “Life after Life” (Vida después de la Vida) de Raymond Moody, un psiquiatra norteamericano que, tras conocer la vivencia del Dr. George Ritchie durante la guerra, se decidió a estudiar este tipo de experiencias.

“Vida después de la Vida” se convirtió en un bestseller y dio pie a que otros médicos y científicos comenzaran su propia investigación. Es el caso del Dr. Kenneth Ring, de la Universidad de Connecticut, quien tras reunir gran número de informes sobre esta experiencias decidió fundar la IANSDS (International Association for Near Death Studies) en 1977.

Un patrón que se repite

La extraordinaria coincidencia entre las sensaciones que constatan los que han sufrido una ECM convierte a este fenómeno en un suceso insólito. En líneas generales, las fases que suelen reiterarse son las siguientes:

    * El paciente siente que flota sobre su cuerpo, y observa el dormitorio, el quirófano o el lugar en el que se encontraba (out-of body experiences, OBEs, experiencia extracorpórea), llegando a escuchar a los que se encuentran alrededor.
    * Posteriormente asciende por un oscuro túnel con una relativa rapidez, al final hay luz.
    * En el extremo del túnel vislumbra una figura que suele describirse como muy bella, blanca o transparente; a veces ve paisajes y escucha voces o música.
    * El paciente asegura no sentir ningún tipo de dolor, sólo una gran paz interior. Otras personas, por el contrario, hablan de experiencias terroríficas en el más allá.
    * Los familiares o amigos difuntos van a su encuentro.
    * Se suceden rápidamente los hechos vividos por el paciente, como si se tratase de una película.
    * El sujeto llega hasta un obstáculo, una puerta o un muro, y es entonces cuando toma conciencia de que aún no ha muerto. A pesar de la paz y tranquilidad que le envuelven siente que debe volver.

Explicaciones posibles

Hasta ahora, todos los estudios realizados sobre las experiencias cercanas a la muerte tienen características similares, independientemente de la formación social, cultural, intelectual o económica de los pacientes, y son también ajenos a su edad.

Muchas y diversas son las explicaciones que se aducen a tal fenómeno. Entre las más recientes se halla la teoría del ruido neuronal de la doctora inglesa Susan Blackmore, licenciada en psicología y filosofía de la parapsicología. La simulación que realizó en 1991 por ordenador del incremento del ruido neuronal en el córtex visual inducido por drogas o una enfermedad reveló una mancha de luz blanca que incrementaba su tamaño, lo cual, cuando se mostró en una pantalla, dio a las espectadores la sensación de moverse a lo largo de un túnel hacia una luz. Esta teoría no trata algunos hechos básicos, como el consumo de oxígeno relativo de la retina y el cerebro, así como el hecho de que la gente puede “ver la luz” a la vez que ve cosas alrededor de ellos.

Por su parte, el psicoanalista Carl Jung adoptó la idea de un sueño que surge de la conciencia colectiva. Pero la invocación de estos aspectos del inconsciente individual para explicar estas experiencias es tan indemostrable como cualquier explicación espiritual o inmaterial.

Algunos científicos y médicos achacan este fenómeno a los efectos de las drogas o medicinas que se recetan al paciente, pero existen testimonios de individuos que no fueron sujetos a medicación alguna.

Existe la teoría de la inundación de endorfinas (sustancias similares a la morfina en el cerebro), que son liberadas por el cerebro moribundo. Aunque esta explicación puede parecer plausible, resulta muy difícil de demostrar.

La hipótesis de la anoxia o falta de oxígeno, la secreción de serotonina o el trastorno disociativo producido por la ketamina son algunas de las posibilidades barajadas por los investigadores, pero de todas estas explicaciones proporcionadas sobre una base fisiológica ninguna cubre todos los sucesos que ocurren en una ECM.

Finalmente, hay que contar con las explicaciones espirituales. Algunas religiones interpretan este fenómeno como una prueba de que la mente o el alma, como entidad inmaterial, se separa de nuestro cuerpo físico en el momento de la muerte, dirigiéndonos hacia una nueva vida en el más allá. Sólo son demostrables mediante la fe.

Para más información sobre las experiencias cercanas a la muerte resultan recomendables los libros “Vida después de la vida”, de Raymond Moody; “Experiencias cercanas a la muerte”, de Giuseppe Amara o “Hacia la luz”, de Care Santos. También la película “Línea Mortal” de 1990, dirigida por Joel Schumacher y protagonizada por Julia Roberts y Kiefer Sutherland, gira en torno a esta interesante temática.

La edición original de este artículo mío se halla en Suite101.net: http://www.suite101.net/content/ecm-experiencia-cercana-a-la-muerte-a12978

jueves, 17 de marzo de 2011

La leyenda de "El Holandés Errante"


La mítica historia del barco que jamás llega a puerto

Cuadro basado en El Holandés Errante.

Créditos / Autoría: Albert Pinkham Ryder


Aunque sólo se trata de un cuento narrado por marinos, muchas son las personas que aseguran haber contemplado la imagen de la nave fantasma condenada a vagar por el mar.

Durante siglos, los marinos de todo el mundo han ido contándose, de generación en generación, una leyenda que ha llegado a ser tan famosa que incluso sirvió de inspiración al compositor Richard Wagner para crear su famosa ópera homónima, El Holandés Errante.

La historia asegura que este barco fantasma está condenado a vagar por los océanos de todo el mundo sin llegar nunca a tocar puerto.

El origen de su triste destino

Los primeros antecedentes de El Holandés Errante se remontan al año 1860, cuando un barco holandés, bajo el mando del capitán Hendrik Van der Decken, partió desde Amsterdam con dirección a las Indias Orientales holandesas. Al alcanzar el navío el Cabo de Buena Esperanza se desencadenó una terrible tormenta que duró semanas.

Van der Decken, cuyos pocos escrúpulos y mala reputación eran conocidos, comenzó a enfurecerse y a maldecir a Dios tras comprobar que sus esfuerzos por mantener el barco eran inútiles. Según la leyenda, el capitán holandés decidió en ese momento realizar un pacto con el diablo para salir indemne de todos aquellos desafíos que la naturaleza pusiese en su camino.

Al enterarse, el Todopoderoso decidió condenarle a errar por los mares sin tocar tierra hasta el día del Juicio Final. Van der Decken y su barco no llegaron nunca a las Indias Orientales, y se cuenta que, desde entonces, cualquier buque que aviste al navío fantasma tendrá mala suerte.

Numerosos testimonios

Aunque, como es lógico, sólo se trata de un relato de fantasmas, desde su desaparición muchas han sido las personas que aseguran haber visto o haberse cruzado con un barco muy similar a El Holandés Errante.

Entre los testimonios más conocidos está el del rey Jorge I de Inglaterra. En 1881, cuando tan sólo tenía 16 años y todavía era príncipe, el monarca servía como cadete en el buque de guerra británico HMS Inconstant. El 11 de julio introdujo una curiosa anotación en el cuaderno de bitácora mientras navegaban cerca de la costa australiana: "A las 4 de la mañana el Holandés Errante cruza ante nuestra proa. Emite una extraña luz fosforescente (...) también ha sido visto por el oficial de guardia. Lo ha visto desde el puente, desde donde también lo ha visto el guardiamarina del alcázar (...) La noche es clara y el mar está calmo". En total, el barco fantasma llegó a ser visto por 13 hombres del HMS Inconstant y por varios tripulantes de otros dos buques que formaban la escuadra.

En 1939 también tuvo lugar un avistamiento masivo desde la playa sudafricana de Glencairn. Alrededor de 100 personas aseguraron que de las brumas del Océano Índico surgió un barco de velas, similar a los que comerciaban con las Indias Orientales siglos atrás. La nave desapareció tan misteriosamente como había hecho acto de presencia.

El Holandés Errante volvió a ser visto en 1942 en Ciudad del Cabo. Esta vez se trataba de cuatro personas que se hallaban en una terraza y pudieron contemplarlo durante 15 minutos. Lo describieron como un viejo y destartalado velero que navegaba hacia la bahía de Table, donde finalmente desapareció.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Kart Dönitz, comandante en jefe de la flota alemana, aseguró haber visto a El Holandés Errante durante una misión al este del Canal de Suez, describiéndola como una nave espectral.

Posibles explicaciones

Los científicos insisten en que este tipo de avistamientos son simples espejismo de otros barcos que se encuentran mucho más lejos, hasta 300 millas mar adentro, aunque esto no explicaría la visión de naves con más de 200 años de antigüedad.

Otra explicación mucho más sencilla es que se trata de avistamientos de barcos que han sido abandonados tras creer su tripulación que iban a hundirse, sin que luego el desastre llegase a acontecer.

Cada uno es libre de creer o de no hacerlo y, mientras tanto, se puede seguir oteando el horizonte a la espera de lo que el mar nos depare.

La edición original de este artículo mío se halla en Suite101.net: http://www.suite101.net/content/la-leyenda-de-el-holandes-errante-a12772

La misteriosa cripta de la Isla Barbados

Los extraños enigmas ocurridos en un mausoleo del siglo XIX

Entrada del panteón Chase.

Créditos / Autoría: Foros Wordpress


La esotérica actividad que aconteció en el panteón de la familia Chase durante dos siglos sigue constituyendo, hoy en día, un desconcertante misterio para los isleños.

La historia tiene su inicio a mediados del siglo XVIII en la Isla de Barbados, una de las Antillas Menores. En el año 1742 la familia Walrond, adinerados plantadores de caña de azúcar, mandó construir en el cementerio de Christ Church una cripta. Una vez finalizada la obra, el mausoleo quedó sellado por una espléndida y maciza puerta de mármol.

Un año después, sin haberlo estrenado, los Walrond decidieron vender el panteón a sus amigos los Elliot. De hecho, el coronel Thomas Elliot pudo haber sido el primero en ocuparlo, pero finalmente su familia decidió darle sepultura en el mar.

La primera apertura del panteón tuvo lugar en 1807 para que fuese enterrado un pariente de los Elliot, la señora Thomasina Goddard, que ocupó, con su sencillo ataúd de madera, el primero de los anaqueles superiores de la cripta. Sólo unos meses después, el mausoleo fue revendido a la familia Chase, quien daría el nombre definitivo a la tumba: el panteón Chase.

Comienza la leyenda

La familia Chase siempre tuvo fama de ser muy violenta y de haberse visto involucrada en numerosos hechos delictivos, por lo que pronto necesitaron abrir la cripta. Fue el 22 de febrero de 1808. Había fallecido la hija del coronel Thomas Chase, Mary Ann, con sólo dos años y, según se decía, había sido a manos de su propio padre en un arrebato de furia. La pequeña fue inhumada en un pesado ataúd de plomo.

Poco después, en 1812, le tocó el turno al hermano de Mary Ann, el excéntrico Dorcas Chase, que se había dejado morir de hambre tras encerrarse en su dormitorio. Cuando los esclavos negros que portaban su pesado féretro de plomo penetraron en el panteón lanzaron un grito de terror ante lo que vieron. El ataúd de Thomasina Goddard seguía en su sitio, pero el de Mary Ann Chase se encontraba fuera de su nicho, cabeza abajo, de pie y en el rincón opuesto al que debía haber ocupado durante los últimos cuatro años, aunque no había signos de que la cripta hubiese sido violentada.

El coronel Chase ordenó que los colocaran en su sitio, ardua tarea que tuvo que ser realizada por varios subordinados. Sólo un mes después, el propio Thomas Chase se quitó la vida y fue inhumado en un ataúd tan pesado que tuvo que ser transportado por ocho hombres. Esta vez no había indicios de ninguna profanación.

El Gobernador decide intervenir

El 25 de septiembre de 1816 una curiosa multitud se amontonaba ante el panteón Chase para recibir al pesado ataúd de Samuel Brewster Ames Chase, otro hijo del coronel. La fama del extraño sepulcro ya se había extendido por la isla.

No tuvieron que esperar mucho para contemplar un nuevo y macabro hallazgo: los ataúdes del coronel Chase y su hija habían sido retirados de sus nichos y puestos boca abajo en el suelo, apoyados en una pared.

Aquel día, entre los presentes se hallaba Lord Combermere, gobernador de la Isla de Barbados, que decidió tomar cartas en el asunto. Acompañado por varios de sus hombres investigó si la cripta había sido profanada o si existía algún pasadizo secreto que llevara a ella. Tras descartar ambas posibilidades ordenó cubrir el suelo con arena fina, para que quedasen marcadas las pisadas de quien penetrase. Dejó caer algunos objetos de valor y pidió a su secretaria que redactase un inventario de cuanto se hizo. Además colocó una nueva cerradura en la puerta, que fue sellada con una capa de yeso y piedras. Finalmente lacró la tumba con su propio sello personal.

Medidas inútiles

Las inteligentes decisiones tomadas por el gobernador no resultaron ser efectivas. Al año siguiente, tras haber sido informado de que se escuchaban ruidos en el interior, Lord Combermere decidió visitar el panteón. Los sellos no habían sido forzados, la arena estaba intacta y los objetos de valor seguían en su sitio pero, a excepción del ataúd de la señora Goddard, los demás féretros habían sido profanados. El de Dorcas estaba roto y con uno de sus huesos asomando y los demás habían sido colocados en el suelo, de pie y boca abajo.

Investigadores esotéricos y estudiosos de lo desconocido intentaron hallar una explicación lógica. Pero no había signos de profanación, tampoco señales de inundación y los terremotos difícilmente podrían haber afectado a la cripta sin causar también daños en las tumbas vecinas.

El mismísimo Sir Arthur Conan Doyle, creador del mítico Sherlock Holmes, adujo como explicación que las fuerzas sobrenaturales se habían manifestado como protesta por haber hecho los ataúdes de plomo, ya que ello impedía la rápida descomposición de los cadáveres.

Sea cual fuese el tétrico motivo, lo cierto es que, para evitar especulaciones y las visitas de curiosos, 150 años después se decidió vaciar la cripta y trasladar todos los féretros a una nueva ubicación. Así continúa actualmente el panteón Chase, vacío, invadido por las malas hierbas y por el polvo que el viento arremolina a través de los barrotes de su siniestra puerta.

La edición original de este artículo mío está en Suite101.net: http://www.suite101.net/content/la-misteriosa-cripta-de-la-isla-barbados-a12749

martes, 15 de marzo de 2011

LAS CABEZAS GIGANTES DE LA ISLA DE PASCUA

¿Cómo se tallaron estas enormes estatuas y cuál fue el motivo?

Moáis en línea.

Créditos / Autoría: Phillie Casablanca


Desde que la Isla de Pascua fuera descubierta en el siglo XVIII, muchos han sido los exploradores y estudiosos que han intentando explicar los enigmas que la envuelven.

La Isla de Pascua es un territorio perteneciente a Chile situado en la zona de la Polinesia, en pleno Océano Pacífico. Esta ínsula, de 163,6 km², se ha convertido en un atrayente destino turístico, especialmente por los misterios que rodean a la ancestral cultura que la habitó, la etnia rapa nui. Esta etimología también confiere el nombre tradicional a la isla, Rapa Nui, que significa «isla grande» en el idioma de los antiguos navegantes provenientes de Tahití.

Aunque prácticamente todo este gran islote constituye un museo al aire libre por sus lugares ceremoniales y petroglifos, son sin duda los moáis, las enormes cabezas esculpidas en piedra, su mayor atractivo.

Descubrimiento de la isla

La primera noticia confirmada que se conoce sobre la isla nos llega a través de Jacob Roggeveen, un almirante holandés que la descubrió en 1722, y como era domingo de Resurrección decidió llamarla Isla de Pascua.

Al aproximarse al atolón con tres de sus navíos, Roggeveen pudo comprobar la presencia de numerosas estatuas de diez metros que representaban enormes cabezas con grandes orejas (los moáis), construidas sobre pedestales situados tras inmensas murallas.

Hubo que esperar 50 años para que los europeos retornasen a la isla y otros 100 para que se realizase una exploración rigurosa de la misma. Para entonces las estatuas ya no se hallaban como Roggeveen las había descubierto, ya que durante las guerras mantenidas entre las tribus que la habitaban fueron derribadas de su pedestal al suelo. Y así es como pueden contemplarse hoy en día los más de 600 moáis repartidos por Rapa Nui.

La construcción de los moáis

Se sabe que las gigantescas efigies o moáis fueron talladas, probablemente entre los siglos XII y XVII, en roca volcánica que procedía del volcán inactivo Rano Raraku. Alrededor de 300 de las estatuas se ejecutaron en las mismas paredes del cráter, para posteriormente ser trasladadas por la pendiente.

Dentro del cráter también se hallaron unas 400 estatuas todavía sin acabar. Algunas estaban recién iniciadas, mientras que otras estaban casi preparadas para ser transportadas. Junto a ellas también aparecieron cinceles y hachas realizadas en obsidiana. Estas herramientas indicaban que los artesanos pensaban volver a acabar los monolitos, pero por alguna razón desconocida nunca llegaron a hacerlo.

A lo largo de la senda que descendía desde el volcán también se encontraron decenas de estas esculturas ya finalizadas, diseminadas cada 40 ó 50 metros. La mayoría pesaba 30 toneladas y medía alrededor de cuatro metros, pero se descubrió también una pieza, aún inacabada, que llegaba a los 30 metros y pesaba 50 toneladas.

El misterioso sistema de transporte

Todavía hoy en día se desconoce la manera exacta en la que fueron transportados los gigantescos y pesados moáis de la Isla de Pascua. Se ha rechazado la hipótesis de que utilizasen para ello troncos de árboles a modo de rodillos. Aunque algunos científicos consideran que la desaparición de los bosques de palmeras fue provocada por la tala indiscriminada por parte de los nativos para trasladar las estatuas, está demostrado que en la isla no pueden arraigar árboles con la envergadura necesaria para este fin.
La teoría del arrastre o balanceo con cuerdas también presenta algunas lagunas. En el año 1986, el ingeniero checo Pavel Pavel, el explorador noruego Thor Heyerdahl y el Museo Kon Tiki demostraron que una veintena de personas y algunas maromas eran suficientes para transportar una estatua de nueve toneladas. Pero hay que recordar que la mayoría de las estatuas superan con creces ese tonelaje.

El estudio más reciente, realizado en el año 2000 por un equipo arqueológico norteamericano, sugiere la utilización de máquinas complejas realizadas en la isla hace siglos. La construcción de esta maquinaria pesada pudo haber provocado, en parte, la deforestación actual de la isla.

¿Qué fue de los rapa nui?

Según todos los indicios procedentes de antiguas colonizaciones, en sus orígenes la Isla de Pascua estuvo poblada por varios miles de personas. Mediante los dibujos hallados en la isla puede deducirse que existían entre ellos varios estamentos. Los personajes con grandes orejas representados en las esculturas podrían ser los gobernantes, que conseguían alargar sus lóbulos mediante pesos. También existe la teoría de que los moáis representan a antepasados difuntos.

El aumento de la población y la escasez de alimentos pudo haber sido la causa de los enfrentamientos entre las tribus de la isla, lo que provocó la destrucción de numerosos altares ceremoniales y el abandono de las canteras en las que se tallaban los moáis.

La clave a todos estos enigmas pudo haberla tenido un traficante peruano, cuyo nombre se desconoce, del siglo XIX. Al parecer capturó a más de 1.000 nativos, entre ellos al último rey y al hechicero de Rapa Nui. Se ignora cual fue el destino de los cautivos, aunque sí se cree posible que algunos de ellos regresasen a su isla portando algún tipo de enfermedad, la cual habría sido la causa de la extinción del resto de la población.

Con ellos desapareció la última posibilidad de descubrir cómo un pueblo tan primitivo levantó todo un ejército de gigantescos monolitos con rostro humano.

La edición original de este artículo mío está en Suite101: http://www.suite101.net/content/las-cabezas-gigantes-de-la-isla-de-pascua-a12661

LA MALDICIÓN DEL DIAMANTE HOPE


  Una excepcional joya con un historial de 20 fallecidos

El diamante Hope

Créditos / Autoría: David Bjorgen


Expuesto actualmente en el Instituto Smithsonian de Washington, nadie podría imaginar al contemplar este sublime diamante azul el oscuro pasado que lo envuelve.

Los visitantes que disfruten de un recorrido por el Smithsonian Institution National Museum de Washington (Estados Unidos) podrán contemplar, entre otras muchas piezas, el fascinante diamante Hope (en inglés, esperanza). Se trata de una gema de color azul marino, con un peso actual de 45,52 quilates. Su especial coloración es debida a la presencia de trazas de átomos de boro en su composición.

Parece inofensivo, pero esta brillante joya posee unos pasionales y sangrientos antecedentes que la hacen responsable de 20 muertes.

Según la tradición india, el diamante Hope fue extraído del río Kistna hace más de 600 años y colocado en la frente de la diosa Sita. Un sacerdote hindú, al contemplarlo en un templo, sucumbió a su embrujo y lo robó. Tras ser descubierto fue torturado hasta morir. Era el primero de una larga lista.

Hope llega a Europa

No se volvió a tener conocimiento de la joya hasta el año 1642, cuando el diamante Hope reapareció en el continente europeo en manos de un contrabandista francés llamado Jean-Baptiste Tavernier. Por entonces el diamante pesaba 112,5 quilates, y recibía el nombre de Tavernier Blue. Fue el propio Tavernier quien se lo vendió al mismísimo rey Luis XIV de Francia, conocido como el Rey Sol, quien mandó tallar la gema hasta transformarla en una pieza de 67,5 quilates.

Por su parte, Tavernier obtuvo con la venta el dinero suficiente para comprar un título nobiliario y adquirir una gran propiedad. Poco tiempo después, las numerosas deudas que su hijo contrajo por el juego le obligaron a vender cuanto tenía. Totalmente arruinado, Tavernier regresó a la India para rehacer su fortuna, pero murió atacado por una jauría de perros salvajes.

Las víctimas francesas

Durante su estancia en la corte francesa, el diamante Hope estuvo implicado en numerosas tragedias. Nicolas Fouquet, un funcionario del gobierno que lo tomó prestado para acudir a un baile oficial, fue acusado en 1665 de desfalco y enviado a prisión, donde finalmente falleció.

Por su parte, el Rey Sol murió enfermo y abandonado, viendo cómo su imperio se derrumbaba. Tres miembros de la familia real, que habían tenido contacto con el diamante, también fallecieron en extrañas circunstancias, y la princesa Lamballe, que acostumbraba a llevarlo encima, fue linchada por una enfurecida multitud.

Entre los herederos del diamante Hope estuvieron Luis XVI y su esposa Maria Antonieta, cuyo trágico final en la guillotina durante la Revolución Francesa es de sobra conocido.

Durante las revueltas revolucionarias de 1792 la joya volvió a desaparecer, y la sangrienta leyenda de Hope se mantuvo viva. Se cuenta que Jacques Celot, un joyero francés, se obsesionó tanto con su belleza que acabó volviéndose loco y suicidándose. También se dice que el príncipe ruso Iván Kanitovski se la regaló a su amante parisina, a la que posteriormente mató de un tiró. Kanitovski también fue asesinado.

La maldición continúa

Entre los fallecidos por la maldición del diamante Hope también se incluye a Catalina la Grande de Rusia. Según narra la historia, la zarina lo llevó puesto poco antes de morir de una apoplejía.

Cuando la joya reapareció, en 1812, lo hizo en manos de un joyero holandés afincado en Londres, Daniel Eliason, que talló de nuevo el diamante reduciéndolo a su tamaño actual. El hijo de Eliason le robó la gema y el joyero acabó suicidándose.

Con su nuevo aspecto, el diamante Hope fue viajando por Europa y causando desgracias a sus propietarios, hasta que cayó en manos de Henry Thomas Hope, un banquero irlandés. Hope lo adquirió por tan sólo 30.000 libras y le otorgó su actual nombre. Su propio nieto murió en la más absoluta ruina.

En 1908 el sultán turco Abdul Hamid se hizo con el diamante tras pagar la cifra de 400.000 dólares. Hamid se lo obsequió a su esposa Subaya, a la que asesinó poco después de una puñalada. Un año después, el sultán perdió el trono.

Tras ser comprada por el magnate de los negocios Ned McLean, por 154.000 dólares, la valiosa piedra viajó a Estados Unidos en 1911. Vincent, un hijo de McLean, fue atropellado por un automóvil. El propio McLean terminó arruinándose e ingresó en un hospital psiquiátrico donde murió. Su hija falleció en 1946 tras ingerir numerosos barbitúricos, y su esposa, Evelyn, se hizo morfinómana.

El sangriento viaje del diamante Hope finalizó en 1949 al pasar a ser propiedad del joyero estadounidense Harry Winston, que compró la azulada gema a los herederos de McLean. Aunque su familia no sufrió nunca ninguna adversidad, Winston decidió donar la joya al Instituto Smithsonian el 10 de noviembre de 1958. Y parecía tener mucha prisa por deshacerse del diamante, ya que lo envío en un sobre de papel de estraza y por medio del servicio postal nacional.

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viernes, 11 de marzo de 2011

LA MANO DE FÁTIMA

Conocida como "Jamsa", "Khamsa" o "Hamsa", la Mano de Fátima es un talismán contra el mal de ojo y las desgracias utilizado tanto en el mundo musulmán como en el judío.

La Mano de Fátima o Hamsa es uno de los amuletos protectores con mayor número de adeptos tanto en Oriente Medio como en el norte de África.

La forma más común de este talismán representa una mano plana simétrica con el dedo corazón en el centro, a ambos lados el anular y el índice, más cortos que el corazón e iguales entre sí, y en los extremos dos pulgares, también del mismo tamaño y curvados hacia afuera. Según su procedencia, existen variaciones de este símbolo muy similares.

Aunque no está directamente ligado con ninguna religión, lo cierto es que tanto musulmanes como judíos establecen una conexión entre la Mano de Fátima y sus propias creencias.

La creencia musulmana

Los musulmanes también la denominan Hamsa o Khamsa, que en árabe significa cinco, el número de dedos de la mano.
El número cinco es clave en el Islam: cinco son las veces que el almuecín llama a la oración desde su minarete; cinco son también las claves del misterio que sólo Alá conoce; los cinco Pilares de la Sabiduría; existen cinco tipos de ayuno durante el ramadán y disponen de cinco fórmulas para decir que Dios es grande. Pero también son cinco los camellos que se necesitan para el pago ritual de un agravio, y cinco son las generaciones que debe durar una venganza entre tribus del desierto.

El origen del amuleto, según la tradición musulmana, está ligado a Fátima az-Zahra, hija del profeta Mahoma, fundador del Islam. De ahí su nombre. Los musulmanes consideran a Fátima protectora tanto de fieles como de los que dudan.

Curiosamente, el Corán prohíbe el uso de amuletos y talismanes y reniega de la superstición, pero el influjo de la Hamsa es demasiado fuerte entre los creyentes.

Es habitual ver la Mano de Fátima en puertas, en forma de aldabas, o pintada en muros de pueblos y ciudades. Su presencia, dicen, les asegura buena suerte, les dota de paciencia y fidelidad y les protege del mal de ojo.

La versión judía

Entre los judíos podemos encontrar diferentes acepciones para denominar al amuleto: Mano Hamsesh, Mano de Hamsa o Mano de Miriam, haciendo referencia a Miriam o María, la hermana de Moisés y Aarón, reconocida por los hebreos como profetisa y asociada con la protección.

Los cinco dedos de la Hamsa están relacionados para los judíos con los cinco libros de la Torá, el documento más importante de su religión, ya que los hebreos no consideran que la mano posea ninguna conexión islámica más allá del nombre.

Entre los judíos es costumbre que la mano incluya en el centro una Estrella de David, ya que estiman que aumenta el poder del talismán, y en Israel es habitual su uso tanto en forma de colgante como de motivo decorativo en sus hogares.

Dependiendo de su uso, la Hamsa también puede llevar inscrita alguna oración, como el Shemá (“Escucha Israel”), el Birkat HaBayt (“Bendición de la Casa”) y el Tefilat HaDerech (“Oración del Viajero”).

 

Influencia mundial

La Mano de Fátima ha ido traspasando fronteras y actualmente se utiliza como amuleto en diversos lugares del planeta.

En la India se ha convertido en un fetiche muy popular, conocido como Mano Humsa. Lo mismo sucede en otros países de Asia, donde el talismán se considera particularmente poderoso para prevenir todo tipo de desgracias y enfermedades.

En la cultura de Occidente se cree que este amuleto, además de proteger contra la ira, previene contra la infidelidad, y en Norteamérica, particularmente, también se ha difundido la creencia de que la Mano de Fátima protege de los terremotos y las catástrofes naturales.

Pero quizá el uso más especial de la Hamsa es el que promueven algunas organizaciones que trabajan por la paz en Oriente Medio, que lo han adoptado como símbolo de las similitudes culturales existentes entre musulmanes y judíos.


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martes, 8 de marzo de 2011

EL PROYECTO LIBRO AZUL DE LA NASA

El Proyecto Libro Azul fue el programa más conocido y polémico de investigación sobre el fenómeno OVNI que realizó la Fuerza Aérea norteamericana.

Aunque hoy en día ningún departamento del Gobierno de Estados Unidos (EEUU) participa en la investigación de objetos voladores no identificados (ovni), hubo un tiempo, entre los años 1947 y 1970, en que este tipo de estudios se consideró vital para determinar si los ovnis suponían una amenaza potencial para la seguridad nacional.

La Fuerza Aérea de EEUU (USAF) ha sido uno de los organismos encargados de realizar este tipo de investigaciones. Para ello llevó a acabo varios programas, entre los que destaca el Proyecto Libro Azul, que se mantuvo operativo hasta el 17 de diciembre de 1969. Su sede se hallaba en Wright-Patterson Air Force Base, Ohio.

Durante el tiempo que funcionó el proyecto se recogieron 12.618 informes de avistamientos ovni. Las conclusiones finales aseguraron que la mayoría se trataba de fenómenos naturales o aviones convencionales. Unos cuantos hechos fueron considerados fraudes, pero 701 casos (un 6%) fueron clasificados como inexplicables.

 

Un comienzo prometedor

El Proyecto Libro Azul surgió en el año 1952 para sustituir al Proyecto Grudge, con el que varios altos cargos de la USAF no estaban satisfechos. El primer responsable del proyecto fue el capitán Edward J. Ruppelt, y bajo su breve mandato tuvo lugar el periodo de máximo apogeo del programa. Los avistamientos fueron tratados con seriedad y contaban con apoyo y financiación oficial.

Ruppelt, a quien se le atribuye la creación del término ovni, contó entre su equipo con el astrónomo J. Allen Hynek, consultor científico del proyecto. Hynek, que en un principio se consideraba un gran escéptico, acabó siendo uno de los mayores defensores de este tipo de investigaciones.

Con la ayuda del Battelle Memorial Institute, una organización científica privada sin ánimo de lucro, Ruppelt creó el informe especial nº 14 del Proyecto Libro Azul. El informe consistía en un análisis masivo de los casos del proyecto. Para que un caso pasara a ser considerado “explicable” era necesario que dos analistas por separado estuvieran de acuerdo sobre la resolución. Sin embargo, para catalogar un caso como “desconocido” se necesitaban cuatro analistas que estuvieran de acuerdo. De este modo el criterio resultaba bastante riguroso.

 

La crisis del escepticismo

A pesar de la seriedad y la base científica con que el equipo de Ruppelt trataba los episodios registrados sobre ovnis, seis meses después de su inicio el proyecto topó con el primer obstáculo. El conflicto surgió en julio de 1952 tras una serie de avistamientos en el Aeropuerto Nacional de Washington DC.

La Agencia Central de Inteligencia (CIA) decidió tomar cartas en el asunto y crear una comisión de científicos para estudiar los ovnis, encabezada por el doctor H. P. Robertson, físico del Instituto Tecnológico de California. El Comité Robertson no tomó en cuenta ninguna de las pruebas aportadas por Ruppelt y Hynek, las mejores que habían extraído del Libro Azul, asegurando que todos los casos ovni podían ser explicados con una investigación más profunda.

El comité, alentado por la CIA, obligó a la USAF a restar importancia al tema de los ovnis, e inició una campaña para desacreditar y disminuir el interés público por este tipo de fenómenos. Para ello recurrió a los medios de comunicación (incluyendo a la compañía Walt Disney), a astrónomos, psicólogos e incluso a famosos.

Ruppelt, desmoralizado, abandonó el Proyecto Libro Azul en 1953. Todos los que le sucedieron en la dirección resultaron ser auténticos escépticos respecto al asunto ovni, especialmente su último responsable, el comandante Héctor Quintanilla.

Un informe negativo realizado por la Universidad de Colorado, titulado “El Estudio científico de los ovnis”, fue el detonante para la conclusión del proyecto en 1969 y la cancelación de todo tipo de investigación sobre ovnis en EEUU. La documentación concerniente a las investigaciones realizadas fue transferida permanentemente a la Modern Military Branch, del Servicio de Archivos y Registros Nacionales, en Washington, DC 20408, y se encuentra disponible para la consulta pública.

 

El interés sigue vivo

A pesar de la reticencia del gobierno norteamericano a reabrir las investigaciones sobre avistamientos ovnis, la opinión pública sigue demostrando cierta inclinación por mantener vivos los estudios sobre vida extraterrestre.

Es por ello que no todo el mundo estuvo de acuerdo con la cancelación del Proyecto Libro Azul. Un editorial de la época del diario Richmond News Leader opinó que "los intentos de desacreditar las observaciones relatadas conforme a la exposición razonada del Proyecto Libro Azul no resolverán el misterio, y sólo servirán para aumentar la sospecha de que hay algo ahí que la Fuerza Aérea no quiere que nosotros sepamos".

Por su parte, un congresista por Ohio, William Stanton, manifestó que “la Fuerza Aérea ha perdido gran parte de su prestigio en esta comunidad. Cuando la gente confía en la administración y ésta no dice la verdad, se pierde esa confianza".

Hoy en día, numerosas universidades, organizaciones científicas y medios de comunicación de EE.UU. realizan periódicamente seminarios y estudios relacionados con los ovnis, mientras que varias encuestas inclinan su balanza a favor de los que creen en la existencia de vida en otras galaxias, por lo que exigen la creación de nuevos programas de investigación.
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LAS BRUJAS DE SALEM

La ignorancia y puritanismo del pueblo de Salem durante el siglo XVII causó la injusta muerte de 20 personas y la tortura de más de 200, acusadas todas ellas de brujería.

Salem, el mítico pueblo de la bahía de Massachussets (Estados Unidos), donde acontecieron los juicios por brujería en el año 1692, es hoy en día un codiciado punto turístico llamado Danvers.

Casi 100.000 personas lo visitan cada año para conocer la truculenta persecución que tuvo lugar en la parte histórica de esta pequeña ciudad. Esta zona de la población costera mantiene su nombre original, Salem.

 

La brujería en el siglo XVII

Según las leyes británicas que regían en el siglo XVII en Nueva Inglaterra (actual Massachussets), practicar la brujería constituía un delito para las leyes estatales.

Una sola acusación sobre su práctica era suficiente para que los supuestos brujos fueran enjuiciados y ejecutados en la horca.

La ciudad de Salem fue erigida por colonos británicos en torno al año 1630. Estaba gobernada y constituida sobre una gran base puritana, la población poseía un carácter muy conservador y la sociedad de la época estaba caracterizada por una fuerte creencia en el diablo.

Todos estos factores se aliaron y crearon el entorno ideal para la cruenta caza de brujas que tuvo lugar en Salem. Comenzó en enero de 1692 y duró casi nueve meses, durante los cuales ahorcaron a 19 personas, una fue lapidada, varias fallecieron en la cárcel y cientos sufrieron torturas.

En contra de la creencia popular, ningún acusado fue jamás ajusticiado en la hoguera.

Las niñas del reverendo y Tituba

El origen de los hechos tuvo lugar con la aparición de un nuevo ministro religioso en la ciudad, el reverendo Samuel Parris, procedente de las Antillas. Con la familia Parris llegó una esclava llamada Tituba, adicta a la práctica de ritos religiosos afroantillanos.
La hija de los Parris, Elizabeth, de nueve años de edad, y su prima Abigail Williams, de doce, se interesaron por las creencias de Tituba, organizando algunas sesiones con ella y unas amigas. En enero de 1692 las chicas enfermaron, y el médico de la población, William Griggs, al desconocer la causa de su enfermedad, diagnosticó un caso de brujería.

Tanto Elizabeth como Abigail, junto a su amiga Ann Putnam, de once años, actuaban de forma extraña: gritaban, arrojaban cosas, lloraban sin razón o corrían en cuatro patas, como perros. Ann llegó a decir que había luchado con una bruja que quería decapitarla.

El 29 de febrero, bajo la presión de los magistrados Jonathan Corwin y John Hathorne, las niñas acusaron a tres mujeres de haberlas poseído: Tituba, la esclava caribeña del reverendo Parris; Sara Good, una vagabunda, y Sarah Osborne, una anciana mendiga.

De las tres mujeres, sólo Tituba admitió ser bruja. Declaró que el demonio la había convertido en su esclava y describió a un hombre alto de Boston que le obligó a firmar un libro, sentenciando que otras mujeres del pueblo también lo habían hecho, aceptando su condición de brujas. La cacería de supuestas arpías estaba en marcha.

 

La psicosis invade Salem

Tras instalarse la paranoia entre los mojigatos y puritanos habitantes de Salem se desató una cadena de acusaciones. Las primeras inquisidoras fueron las niñas Parris, que se dedicaron a inculpar a su antojo, principalmente a miembros de las clases bajas o a aquellos que poseían actitudes mal vistas, como el adulterio.

La joven Ann Putnam acusó de infanticidio a Rebecca Nurse, de 71 años, mientras que Susanna Martin fue acusada de embrujar los bueyes de su vecino a raíz de una riña entre ambos.

Al ser también incriminada Martha Corey, un leal miembro de la Iglesia en la Villa de Salem, la comunidad enloqueció, considerando que, si ella era una bruja, cualquiera podría serlo. Los magistrados llegaron incluso a interrogar a la hija de Sarah Good, de tan sólo cuatro años de edad.
Llegados a este punto, en junio de 1692 se constituyó el Tribunal Especial de Auditoría y Casación en Salem, presidido por el Juez William Stoughton, para juzgar los casos de brujería. Increíblemente, en estos juicios se admitió una prueba denominada "Evidencia Espectral", que aceptaba los sueños y visiones como testimonios.
Las acusaciones, encarcelamientos y ejecuciones prosiguieron. Así, el reverendo George Burroughs, antiguo ministro del pueblo, fue señalado como jefe de las brujas y ahorcado el 19 de agosto, mientras que el capitán John Alden fue inexplicablemente identificado como el hombre alto de Boston del que hablaba Tituba.

 

El retorno del buen juicio

Cuando las acusaciones de brujería empezaron a afectar a las clases altas de Salem, el pueblo comenzó a recobrar la cordura. El 12 de octubre de 1692 el gobernador de Nueva Inglaterra, William Phipps, ordenó que cesasen los arrestos y liberó a los encarcelados, disolviendo el Tribunal Especial unos días después para crear un Tribunal Supremo.

En 1702, el Supremo declaró que los juicios habían sido ilegales y en 1711 la colonia aprobó una propuesta para restaurar el honor de aquellos que habían sido acusados, adjudicando la suma de 600 libras a cada uno de sus herederos. Sin embargo, hubo que esperar 250 años para que el estado de Massachussets, en 1957, pidiese formalmente disculpas por los hechos acontecidos en 1692.

Los motivos reales que convirtieron Salem en un hervidero se desconocen, y los investigadores difieren en sus interpretaciones. Para algunos los extraños comportamientos fueron causados por el consumo de ciertos alucinógenos, mientras que otros creen que pudieron ser enfermedades hasta entonces desconocidas, como la viruela.

El factor social también se ha tenido cuenta, aunque la tesis más aceptada es la de la enfermedad de Huntington. Investigadores del Instituto de Neurociencias de Lausana, en Suiza y de la Facultad de Farmacia y del Centro de Neurociencias de Coimbra, ambos en Portugal, han trabajado con árboles familiares de los pobladores actuales del Estado de Massachussets, y han rastreado la presencia del defecto genético que es causa de la enfermedad de Huntington. Sus síntomas más habituales son el escaso control de las extremidades, humor variable, problemas graves de movimiento y en la coordinación, visiones, gestos involuntarios y lagunas en la memoria.

También existen grupos de parapsicólogos que consideran que los casos de brujería acontecidos en Salem fueron ciertos.
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Reproducción de los juicios de Salem

Créditos / Autoría: Reproducción de los Juicios de Salem, de Baker, Joseph E

martes, 1 de marzo de 2011

LAS PROFECÍAS DE SAN MALAQUÍAS

Los apocalípticos presagios del santo irlandés del siglo XI
Aunque la Iglesia Católica no las considera oficiales y se duda de su veracidad, las profecías de San Malaquías siguen estudiándose y cuentan con muchos seguidores.
La profecía de los 112 Papas, atribuida a San Malaquías, asegura que se acerca el fin de la dinastía papal y de la Santa Sede de Roma. Según sus vaticinios, el actual Santo Padre, Benedicto XVII, podría ser el penúltimo de los Papas, ya que su sucesor, el que haga el número 112, contemplará durante su reinado el desmoronamiento de la Iglesia Católica y, posteriormente, la llegada del Juicio Final.

Dos fueron las profecías que supuestamente le fueron reveladas a San Malaquías durante una peregrinación que realizó a Roma en el año 1139, cuando era arzobispo de Armagh, su ciudad natal. La primera está relacionada con su país, Irlanda, mientras que la segunda es la ya mencionada, y más conocida, de los 112 Papas.

En textos atribuidos a San Bernardo de Clairvaux o Claraval, a quien San Malaquías visitó en Francia en varias ocasiones, el santo francés aseguraba que Malaquías vaticinó también el día de su propio fallecimiento, de hecho murió en brazos de San Bernardo el 2 de noviembre de 1148.

Trayectoria del Santo
San Malaquías, cuyo nombre de bautismo era Maelmhaedhoc O’Morgair, nació el 3 de noviembre de 1094 en Armagh, uno de los cinco condados que conforman Irlanda del Norte, zona que actualmente se encuentra bajo soberanía británica.

Tras ser educado e instruido por el Abad de Armagh, fue ordenado sacerdote por San Celso en 1119. Posteriormente se trasladó a la ciudad de Lismore, en el condado irlandés de Waterford, para perfeccionarse en la sagrada liturgia y en la teología. A partir de ese momento los cargos eclesiásticos se sucederían: Primer Abad de Bangor en 1123, Obispo de Connor en 1124, Primado de Armagh en 1132 y, finalmente, ese mismo año, Arzobispo de Armagh.

Durante el ejercicio de sus deberes eclesiásticos, San Malaquías restauró la disciplina de la Iglesia, que se había relajado bajo la dirección de una serie de abades legos, y adoptó fielmente la liturgia romana. Tras su muerte, fue canonizado por el Papa Clemente III, el 6 Julio de 1199.

La profecía sobre Irlanda
La primera profecía de Malaquías anunciaba que Irlanda, su patria, sería oprimida y perseguida por Inglaterra, que sufriría calamidades durante siete siglos, pero que preservaría la fidelidad a Dios y a Su Iglesia en medio de todas sus pruebas. Al final de ese período, Irlanda sería liberada y sus opresores serían entonces castigados, convirtiéndose en el instrumento para restablecer la fe en Inglaterra.

Llama la atención el hecho de que el vaticinio se augurase varios siglos antes de que surgiera el anglicanismo, pero la profecía pierde fuerza si se tiene en cuenta que la primera vez que se supo de ella fue en el siglo XVII, a través de un monje benedictino llamado Dom Mabillon.

Mabillon aseguró haberla encontrado entre unos manuscritos olvidados en la Abadía de Claraval, situada en la localidad francesa de Ville-sous-la-Ferté, en el departamento del Aube, lugar donde vivió San Bernardo.

Los 112 Papas
Esta predicción consta de 112 pequeños lemas o frases en latín que hacen una alusión alegórica a los 112 papas que sucederían a Celestino II (1143-1144) al frente de la Iglesia Católica, incluyendo a los Antipapas, hasta el último, al que denomina Petrus Romanus (Pedro Romano). El historiador benedictino Arnold Wion fue el primero en mencionarla en su libro Lignum Vitae, publicado en el año 1559.

Estos lemas descriptivos de los Papas pueden tener relación con un símbolo de su país de origen, con su nombre, su escudo de armas, su talento o cualquier otra referencia personal. Resulta curioso observar que las divisas correspondientes a los Papas anteriores a 1595 son mucho menos ambiguas que las sucesivas.
El actual Papa, Benedicto XVI, hace el número 111 en el pronóstico de San Malaquías, que hace referencia a él como De Gloria Olivæ (De la Gloria del Olivo), y casualmente Benedicto XVI nació un Sábado de Gloria. Por otro lado, la orden benedictina recibe el apelativo tradicional de "olivetana".

Según la profecía, el Papa 112, Pedro Romano, será el último: “En la última persecución de la Santa Iglesia Romana se sentará Pedro Romano, que apacentará las ovejas entre muchas tribulaciones; pasadas estas cosas, la Ciudad de las Siete Colinas será destruida y el Juez Terrible juzgará al pueblo”.

Dudas e interpretaciones
Mucho se ha debatido, y se sigue haciendo, sobre las Profecías de San Malaquías, en especial la relativa a los Papas. No sólo se cuestiona su veracidad, también su autoría. Cierto es que el manuscrito original no se ha encontrado nunca, y que la primera publicación no tuvo lugar hasta el siglo XVI.

En el siglo XVII, el Padre Menestrier, jesuita, realizó una hipótesis sobre la profecía de los Papas, argumentando que podía haber sido un plagio para influenciar las elecciones de Gregorio XIV en el cónclave del 1590.

Para el Abad Cucherat (1871), San Malaquías escribió la profecía en Roma, entre los años 1139 y 1140, cuando visitaba al Papa Inocencio II para informarle de los asuntos de su diócesis. Fue entonces cuando entregó las profecías al Papa, quien las guardó en los archivos romanos donde quedaron olvidadas hasta su descubrimiento en 1590.

Por su parte, uno de los más respetados historiadores del siglo XVI, Onofrio Panvinio, corregidor y revisor de la Biblioteca Vaticana en 1556, aceptó completamente la autenticidad de las Profecías de Malaquías.
Según se deduce de las más recientes interpretaciones de los expertos en el tema, el augurio sobre los Papas, como gran parte de la propia Biblia, no es más que una metáfora. Parece ser que la destrucción de Roma simboliza que el sucesor de San Pedro volverá a la ciudad donde comenzó éste su andadura, a Jerusalén, asiento original de la Iglesia Católica. De esta forma terminarían los Papas Romanos para dar paso a los Papas de Jerusalén porque, según las profecías, “el pueblo de Israel se convertiría al Señor Dios en el fin de los tiempos”.
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