lunes, 25 de abril de 2011

Viejas leyendas relacionadas con el mar


Muchas son las historias fantásticas que giran alrededor de los hombres de mar. Ciertas o no, han estado arraigadas a los marinos desde hace generaciones.

 Tradicionalmente se han atribuido a los marinos unas fuertes creencias espirituales, bien sean religiosas, rituales, paganas o esotéricas, que han ido trascendiendo a lo largo del tiempo. Muchas de ellas han llegado a convertirse en costumbres y actos habituales en algunos países.

Rituales religiosos

A lo largo del siglo XVIII, en los países de confesión cristiana se extendió una curiosa idea. En aquella época los latigazos a bordo de un barco eran habituales ante una falta o la omisión de un deber. Fue entonces cuando los viejos navegantes empezaron a advertir a los nuevos reclutas que si te tatuaban un crucifijo en la espalda nadie se atrevería a azotarlos. Incluso, si llegaran a intentarlo, el látigo se desviaría.

Actualmente los marinos dirigen un saludo al alcázar del barco (espacio que media, en la cubierta superior de los buques, desde el palo mayor hasta la popa o hasta la toldilla, si la hay) cuando suben a bordo; dicho gesto tiene su origen en los tiempos en que en ese lugar se colgaba un crucifijo.

En 1707 tuvo lugar un extraño hecho relacionado con las creencias religiosas. En el buque insignia británico Association, capitaneado por el almirante Cloudesley Shovell, fue ajusticiado uno de los marineros. Momentos antes de ser ahorcado el marino recitó a voces el salmo 109: “Acórtense sus días, y otro reciba su misterio. Que sus hijos queden huérfanos y viuda su mujer. Nadie le muestre misericordia”.

Ese mismo año, el Association y otros dos buques que navegaban junto a él naufragaron cerca de las islas Scilly. Fallecieron más de 2.000 hombres.

Aversión por los símbolos cristianos

Al igual que se dan tradiciones relacionadas con la religión, también se prodiga el hecho contrario, es decir, creencias que rechazan tales dogmas por considerarlos augurios de mala suerte.

En los países sajones, si un pescador se cruza de camino a su barco con un clérigo o una monja decide quedarse en tierra y no salir a navegar hasta el día siguiente.

En el caso de las islas Feroe, situadas entre Noruega e Islandia, los pescadores creen que sus presas escaparán si un barco con un sacerdote navega entre ellos y la costa.

Hay marinos que creen en la superstición de que la lectura de la Biblia en alta mar, o citar alguno de sus textos, puede implicar serias amenazas, con la excepción de la celebración de un funeral a bordo.

Supersticiones entorno a los animales

El rechazo por ciertos ejemplares del reino animal es un hecho que también ha trascendido entre los hombres de mar a lo largo del tiempo.

Es el caso del Almirantazgo británico, que escoge con detenimiento los nombres que elige para las embarcaciones de su flota. Los nombres de los reptiles, por ejemplo, están totalmente vedados, ya que a lo largo de los siglos la armada ha perdido cuatro naves llamadas Víbora, una Cobra, cuatro Serpiente, un Caimán, un Cocodrilo, tres Lagarto, y dos Culebra.

En los tiempos de la navegación a vela existía la creencia de que los marineros fallecidos se reencarnaban en petreles o en gaviotas. Si una de estas aves sobrevolaba el barco en alta mar era señal de que se aproximaba una tormenta. Pero, sin duda, el ave que más temían en esta época era el albatros de los mares del sur, ya que su presencia presagiaba una temible borrasca.

Todavía hoy en día persiste una tradición según la cual no se debe nombrar ni a conejos ni a cerdos en alta mar, aunque su fundamento es desconocido.

Otras creencias marinas

Entre las convicciones más curiosas relacionadas con los marineros está el considerado funesto acto de silbar. De hecho, muchos barcos de hoy en día mantienen dicha prohibición como una tradición.

Antiguamente se consideraba que silbar provocaba fuertes vientos y tormentas, por lo que sólo se permitía hacerlo durante la calma chicha o cuando había niebla.

Resulta llamativo que los diarios de a bordo de algunos transatlánticos modernos recojan las sanciones que han sufrido algunos marineros durante los últimos 60 años por romper dicho tabú.

También existe la creencia de que para librarse de la niebla u otras inclemencias meteorológicas en alta mar basta con arrojar una moneda por la borda. De hecho, cuando se prepara una tormenta cerca del faro de Bishop Rock, en las británicas islas Scilly, los propios fareros deciden quién de ellos ha podido tener la culpa. El elegido ha de comprar la calma al mar lanzando a las aguas una moneda.

El original de este artículo mío se halla en Suite 101. http://www.suite101.net/content/viejas-leyendas-relacionadas-con-el-mar-a15288

El mar es fuente de leyendas y supersticiones.

Créditos / Autoría: Silviapef

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